viernes, 22 de abril de 2011

La Obsesión del más Gordo II

Sabia que llegaba tarde, pero el trabajo me obligaba a elegir esta opción o no disfrutar de lanzar unos cañazos en todo el fin de semana.


La decisión fue tomada y con la mochila y las cañas como dice el refrán "Carretera y manta".


Por el camino decidí de donde lancear ese poco tiempo que me limitaba a pescar, pero cual fue mi sorpresa queal llegar a la zona elegida, me la encontré llena de gente.

Aquello me resignaria a tocar un poco más adelante del sitio elegido, aunque tampoco me desilusinaba.

Monto mis cañas y echo el primer lance, largo y distante de la orilla, cierro el pick-up del carrete y me enciendo un cigarro tranquilamente, cual es costumbre en mi al arrancar las jornadas de pesca.

Recojo lentamente mi engaño y a media distancia entre donde cayó el señuelo y la orilla, un golpe seco y a la vez rudo sacude mi caña.

Tenso un poco dispuesto a dar una energica clavada, mi linea se mueve, creo que está ahí.

Cacheteo fuertemente y el freno del carrete empieza a ceder, la punta de la caña dibuja una buena parabola.. Presiento que algo grande está detras de la linea y plantea una buena lucha de poder a poder.
En un intento por saltar logro observar una gran cabeza, siento que mi cuerpo cada vez libera más endorfinas puesto que mis intuiciones son verdaderas.


Un gran Lunker he conseguido engañar...



Los nervios a flor de piel al cobrar la captura del agua, que buena pieza. Procedo a pesarla y da la increible cifra de 2 kilos 620 gramos.

Despues de la foto de rigor, vuelta a su habitat de donde vino.


Al cabo de un rato misma secuencia, misma lucha. Me recreo un poco pensando en que otro Basstodonte va a pasar por mi camara fotografica, pero de repente noto como parte la linea.


Al sacar el hilo compruebo que al menos 2 cuartas está totalmente rozado, lo cual este a sido más hábil que yo y a buscado escapatoria en alguna piedra o árbol sumergido que encontró en el va y ven de la lucha.


Después de un tiempo sin ver nada y del sabor agridulce de la primera pieza cobrada y la segunda pieza perdida, llaman a la puerta otra vez.



Esta vez un Bass de 1 kilo 150 gramos cierra la jornada.

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