Hacia mucho frío, temperaturas bajo 0 pero el solo echo de pensar en los verdes nos animaba a lancear.
Las gotas que traía la línea al pasar por las anillas de la caña se quedaban como estalactitas.
El tiempo y la niebla pasaba y se levantaba, pero los Basses no daban señales de vida, probamos en varios puntos hasta que por fin dimos con la zona.
Dani clavó el que fuera el primero en salir, bueno, salir sólo se arrimó hasta la orilla, porque al destensar la línea para salvarle de las zarzas donde se refugió se soltó.
Pobre cara la de Dani, porque ld echamos más del kilo a ojo avizor.
Ahora me tocaba a mi el turno, a este le eché bien la clavada para que no me ocurriera lo de mi peque..
Buena lucha dió.
Tras clavar algún Bass más pequeño que este pero con poca actividad, y echando los últimos lances antes de comer notó otra picada a la caída pero la sensación al luchar y recogerle era extraña..
Pues dicho y echo, a reponer fuerzas y comentar la poca actividad de los verdes y la única picada de mi hijo Dani.
A esto si que picaron, jsjaja!!
Ya después de comer, nos acercamos a otro punto caliente, con la esperanza de que Dani pudiera sacar un pez en mano para la inmortalización de la jornada.
Y después de unos cuantos lances, por fin le llamaron a la puerta...
